Incitatus El caballo que el emperador Calígula quiso hacer cónsul en Roma
En la vasta historia de la Antigua Roma existen relatos que parecen sacados de la fantasía, pero que nos muestran hasta qué punto la realidad puede superar la ficción. Uno de los casos más fascinantes es el de Incitatus, el caballo del emperador Calígula, a quien quiso otorgarle el título de cónsul, uno de los cargos políticos más importantes de la época. Esta anécdota, que ha pasado a la posteridad, mezcla historia, poder, locura y la peculiar relación entre un gobernante y su animal.
En este artículo de Mil Nombres de Animales te contamos la increíble historia de Incitatus, el caballo que pasó de ser un simple corcel a convertirse en símbolo de la extravagancia imperial romana.
Un caballo privilegiado en la corte romana

Incitatus El caballo que el emperador Calígula quiso hacer cónsul en Roma
Incitatus, cuyo nombre significa “rápido” o “enérgico” en latín, fue el caballo favorito del emperador Calígula. Amante de las carreras de caballos y los espectáculos, el joven emperador desarrolló un apego especial por este animal, al punto de otorgarle lujos que superaban con creces los de muchos nobles romanos.
Las crónicas cuentan que Incitatus tenía un establo de mármol blanco, un pesebre de marfil, mantas teñidas con púrpura real “color reservado a la élite” y hasta collares adornados con piedras preciosas. Además, recibía a sus invitados en un palacio propio, donde sirvientes atendían sus necesidades como si se tratara de un aristócrata más.
Calígula y su obsesión por Incitatus
Incitatus El caballo que el emperador Calígula quiso hacer cónsul en Roma

Incitatus El caballo que el emperador Calígula quiso hacer cónsul en Roma
Calígula gobernó Roma entre los años 37 y 41 d.C., y es recordado tanto por sus extravagancias como por sus excesos de poder. El vínculo con su caballo iba más allá del cariño: se dice que lo veía como un símbolo de su autoridad y, a través de él, demostraba que podía elevar a cualquiera “incluso a un animal” por encima de los senadores.
En su afán por ridiculizar al Senado romano, Calígula declaró públicamente que haría a Incitatus cónsul de Roma. Si bien no se sabe con certeza si llegó a formalizar este nombramiento, la sola intención de hacerlo se convirtió en una de las anécdotas más repetidas de la historia.
Algunos historiadores consideran que esta idea era una burla política: al nombrar cónsul a su caballo, Calígula dejaba claro que los senadores eran tan irrelevantes que incluso un animal podía ocupar su lugar. Otros, en cambio, ven en este episodio una muestra de la excentricidad y posible inestabilidad mental del emperador.
El legado de Incitatus
Incitatus El caballo que el emperador Calígula quiso hacer cónsul en Roma

Incitatus El caballo que el emperador Calígula quiso hacer cónsul en Roma
Aunque la vida de Incitatus no tuvo gestas heroicas ni actos de valentía como otros animales célebres, su historia lo convirtió en un símbolo de la antigua Roma. Su existencia nos recuerda cómo los animales han estado presentes en momentos cruciales de la humanidad, ya sea como compañeros, héroes o, en este caso, protagonistas de una anécdota política inolvidable.
Con el paso de los siglos, Incitatus se transformó en una figura de la cultura popular. Su nombre se cita en libros, obras de teatro y ensayos históricos como ejemplo del exceso de poder y la extravagancia de los gobernantes. Además, se utiliza como metáfora para describir situaciones absurdas en las que alguien es promovido a un cargo sin mérito alguno.
Reflexión final
La vida de Incitatus, el caballo que casi se convierte en cónsul de Roma, nos enseña cómo los animales pueden ocupar un lugar inesperado en la historia humana. Ya sea por afecto, simbolismo o simple extravagancia, lo cierto es que este corcel inmortalizó su nombre al lado de uno de los emperadores más polémicos de la historia.
En Mil Nombres de Animales creemos que estas historias no solo entretienen, sino que también invitan a reflexionar sobre la relación entre humanos y animales a lo largo del tiempo. Incitatus es, sin duda, un ejemplo único de cómo un caballo pasó de ser un competidor en carreras a convertirse en un ícono de la política romana.